San Francisco de Asís
El santo que abrazó la Cruz y fue abrazado por el Amor

La imagen de San Francisco de Asís que contemplamos transmite, con sobriedad y fuerza expresiva, la esencia de su carisma: un hombre profundamente herido por el amor de Cristo, y a la vez infinitamente libre. Descalzo, con el rostro bañado en lágrimas, abrazado a la cruz, este santo no aparece como un héroe, sino como un enamorado.
Lectura artística
La escultura nos presenta a Francisco con el tradicional hábito franciscano, tallado con gran detalle en la textura del tejido. La postura corporal —ligeramente inclinada hacia la derecha— y las manos entrelazadas sobre el Crucificado revelan una actitud de profunda entrega y recogimiento.
La cruz, pequeña y sin ornamentos, resalta su valor simbólico más que estético: es la cruz del seguimiento, del anonadamiento, del amor hasta el extremo.
El rostro de San Francisco, de facciones angulosas y gesto dolido, expresa un sufrimiento que no es desesperación, sino comunión. Las lágrimas que caen por sus mejillas son lágrimas de conversión, de gratitud, de identificación plena con el Crucificado.
El nimbo metálico, sencillo pero radiante, indica su santidad sin ostentación, fiel a la pobreza y humildad que marcaron toda su existencia.
Significado devocional
San Francisco no fundó una orden para reformar la Iglesia… fundó una vida para reformarse a sí mismo desde el Evangelio. Por eso su figura es tan actual. Su amor por la cruz no fue masoquismo, sino respuesta total al amor recibido. Y su entrega, lejos de aislarlo, lo hizo hermano de todo lo creado, cantor del sol y del dolor, del lobo y del leproso.
Para las hermanas capuchinas, San Francisco es padre, guía y espejo. Su radicalidad evangélica inspira el silencio del claustro, la alegría austera del día a día, la fraternidad sin privilegios y la adoración constante al Dios escondido en la Eucaristía… y en la cruz.
Esta imagen, serena y herida, no nos pide admiración. Nos pide conversión. Porque quien se deja abrazar por la cruz, como Francisco, termina abrazando al mundo con misericordia.